Si se habla de democracia, se
estable que las personas, el pueblo, la mayoría, tengan poder sobre algo, y si
se habla de democratizar, se refiere al proceso de promover democracia, y si se
toca el tema de la democratización de la información, se refiere a que las
personas tenga acceso y dominio a la información, por supuesto, y esto último
se ha venido desarrollando por medio de los libros, los periódicos o los
canales de radio y televisión. En la actualidad, la democratización de la
información es potencializada y promovida por las tecnologías de información y
comunicación, las TIC, y no solamente los telenoticieros o radionoticieros son
los encargados, sino los múltiples medios surgidos en el internet. Romano
(2004) dice: “Hasta ahora, cada vez que los seres humanos han creado un nuevo
medio de comunicación se han ampliado las expectativas de democratizar."
Las tecnologías de
información y comunicación comprenden muchos aspectos y han ido evolucionando
progresivamente, desde la creación del teléfono y el televisor, como se ha
dicho, hasta el desarrollo de conferencias virtuales y las redes sociales en
Internet. Todo dispositivo capaz de promover datos, forma parte de ello; no
obstante, en los últimos tiempos, el desarrollo se ha enfocado en las
posibilidades del Internet, ya que ha habido un incremento asombroso de
aplicaciones informáticas y de la web que facilitan la comunicación y el
intercambio y cooperación de datos. De modo que la verdadera democratización, y
la que mayor amplitud ha tenido, surge de la mano con la creación de la red
informática mundial, ya que ahí está prácticamente todo lo que piensa, conoce y
hace el ser humano.
Gracias
a las posibilidades de la web 2.0 se han creado herramientas como los blogs,
los wikis, las redes sociales, los foros de discusión, plataformas en las que
las personas pueden expresare y subir sus opiniones sin ser censurados. De
igual forma, los usuarios pueden encontrar bases de datos, bibliotecas
digitales y virtuales que proveen documentos (libros, revistas) para ser
consultados y compartidos. Aunque hay bases de datos privadas, es decir, de
pago, también hay revistas y repositorios de libre acceso. Esto ha sido un
logro inmenso en materia de democracia de la información, pues una persona de una zona alejada puede descargar material de otra sin ningún impedimento.